Analicemos la siguiente escena: Una madre ante su único
hijo inconsciente y gravemente enfermo.
La madre es
una persona inteligente y racional,
acepta resignadamente la condición terminal de su hijo, pero luego en forma inexorable,
empiezan a fluir incontroladamente por su mente imágenes concretas ¿Por qué su
hijo tiene que morir tan joven?, ¿Por qué los médicos con toda su ciencia y
avanzada tecnología no lo pueden salvar?, ¿Qué puede hacer ella por su hijo? La
angustia empieza a aumentar peligrosa y desproporcionadamente,
el acoso de esas imágenes fantasiosas le ha nublado la razón y el estado
emocional de la madre se ha desequilibrado para siempre.
Independientemente del desenlace del hijo, la madre
sigue viva, pero para seguir viviendo es imprescindible que encuentre rápidamente el fundamental equilibrio
emocional que ha perdido, ya que no se puede vivir con una angustia permanente,
su cuerpo no lo soportaría y terminará enfermándose.
De
pronto, llega a su mente una imagen que les da una respuesta contundente,
pacificadora, la imagen de un dios todopoderoso, misericordioso, una imagen que
no entiende ni puede explicar, porque esa imagen está más allá de la razón,
pero es una imagen que le ayuda a encontrar el consuelo que tanto necesitará el
resto de su vida, por ello es que la madre, humilde e inconscientemente lo
acepta y permite dejar a su hijo en las manos de esa imagen reconfortante.
El acoso de las fantasías es una experiencia terrible
e insoportable para los creyentes, de ahí que la teodependencia es la única salida
de la que se dispone ante las constantes e innumerables crisis de la vida que
involucran lo desconocido, lo inexplicable y lo inevitable. Lo interesante del
acoso de las fantasías es que los teodependientes no pueden aceptar que su dios
sea solo un producto de su IMAGINACION, porque entonces su identidad personal que
lo soporta como creyente, quedaría al descubierto y derrumbaría su vida.
Por otra parte, las personas que no son ateos,
tampoco entenderán ni aceptarán las consecuencias del acoso de las fantasías en
los creyentes, porque les impediría proyectar su ignorancia sobre las creencias
religiosas, ya que sabiendo de antemano que dichas creencias son solo un mecanismo defensivo de la mente
para protegerse de una realidad insoportable, entonces seria inhumano hacer
burla o escarnio de ellas y perderían la razón de ser de los ataques infructuosos
y absurdos que hacen a esas creencias de los teodependientes.
Saludos cordiales.
No comments:
Post a Comment