"Tú, lector, juzgarás de todo ello: lo que aquí te
pareciere bien recíbelo con amor; lo que aquí te disguste no lo rechaces con
odio, pues fuera cruel hacer daño a quien intenta fustigar errores. Examínate a
ti mismo. Si algo sabes, enséñamelo. Te daré las gracias."
- René Descartes
En la
investigación científica a través de la entrevista, existe un método para
obtener información confiable del entrevistado, llamado “Técnica del Embudo” y
consiste en iniciar con preguntas de tipo general, para paulatinamente plantear
preguntas especificas y concretas a fin de encontrar con precisión la causa u
origen de alguna idea o comportamiento específico, así por ejemplo si se le
cuestiona a un creyente sobre su dios y se pretende conocer el origen o causa
de esa creencia fundamental o idea de dios, encontraremos que las respuestas los
conducirán invariablemente a describir a su dios como un ser imaginario que solo existe en su
mente, pero el precio de esa verdad sobre esa creencia es tan alto que para la
mayoría de los creyentes es insoportable
y optan por el silencio.
Del mismo modo y usando la misma “Técnica
del Embudo” para cuestionar a la mayoría de las personas que afirman
que son ateos porque no creen en dios o porque afirman que dios no existe y
conocer sobre el cómo saben que son ateos, encontraremos el mismo resultado que
el de los creyentes, es decir que la primera reacción es del mecanismo
defensivo y finalmente el silencio, porque una persona que se considera ateo y
resulta que todos los argumentos que esgrime para sostener su postura de ateo,
se derrumban estrepitosamente uno a uno y esto se vuelve insoportable para
dicha persona que aseguraba sin duda alguna que era ateo.
Lo más
interesante de estos ejercicios de desenmascaramiento es el fondo en el que
descansan esas reacciones tanto de creyentes como de supuestos ateos y es el de
la incapacidad de esas personas para manejar información o ideas nuevas que no
pueden asimilar y acomodar con la información vieja que ya poseían, dando como
resultado una confrontación de ideas y conduciéndolo hacia un pensamiento rígido y dogmático.
Debido al alto precio de la verdad, ningún creyente en dioses considera que los
asesinatos realizados por sus correligionarios a nombre de su dios a través de
la historia fueron hechos por “verdaderos creyentes”, así mismo tampoco podrá aceptar que su venerado dios solo existe en su cerebro, por otro lado, ninguna persona
que se autollame ateo, puede poner en tela de juicio su verdad indiscutible de
que realmente es ateo. Incluso hay
algunos que siendo creyentes en dioses, de pronto encontraron la “luz” y por obra y gracia del espiritú santo se
hicieron ateos, para estos “TRANSFORMERS” el precio del la verdad es extremo.
Saludos
cordiales.
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