Monday, July 16, 2007

EL NARCISIMO ATEO

La mitología y en especial la griega, esta repleta de narraciones ambiguas cuya pretensión es la de fascinar y desconcertar al lector, dejándolo siempre en la permanente duda.
Ovidio, el poeta romano, relata en su libro “Las Metamorfosis” la versión de que Narciso es hijo del Cefiso y de la hermosa ninfa Liríope y a quienes Tiresias el vidente invidente les vaticinó que su hijo Narciso viviría una larga vida si a sí no se conociera, en alusión clara al “gnothi seauton” (conócete a ti mismo) grabado en el pórtico del templo de Delfos.
Muchos hombres y mujeres quedaban prendidos y enamorados de la hermosura de Narciso, pero éste rechazaba constantemente sus insinuaciones. Entre estos pretendientes se encontraba la ninfa Eco, quien desilusionada ante el cruel desprecio del amor no correspondido de Narciso, se oculta en una cueva y se deja morir, quedando solo el castigo que con anterioridad la diosa Hera le había impuesto, es decir el sonido de la repetición de lo que los demás dicen.
Finalmente Narciso es castigado por Némesis, la diosa de la venganza, haciendo que se enamorara de sí mismo y cuando Narciso se inclinó en un manantial para saciar su sed, ve su propia cara en el espejo del agua y otra sed le creció, la sed de la esperanza que sin cuerpo ama, esto es la esperanza de conocerse a sí mismo, ya que no reconoce la cara como suya y queda prendado de la imagen que la fuente le refleja. Es tal el ensimismamiento que la otra cara le produce, que no puede separarse más de ella y allí permanece hasta morir y convertirse en la flor que lleva su nombre.
La mitología tiene en general como base la conducta humana y el comportamiento romántico y trágico de Eco y Narciso tienen un paralelismo con el comportamiento de los creyentes y los ateos.
Por un lado Eco no puede hablar por si misma, sino que solo puede repetir lo que otros dicen, en forma similar ocurre con los creyentes quienes son el eco de los sacerdotes y la escolástica, quedando condenados a repetir lo que otros dicen.
Por el otro lado Narciso en su juventud queda prendado al descubrir su verdadero yo, al grado de que ya no puede vivir sin estar descubriéndose a sí mismo durante el resto de su vida, en forma similar los ateos se descubren a sí mismos en la juventud, al grado de que ya no pueden vivir sin estar descubriéndose a sí mismos durante el resto de sus vidas y quedan condenados a ser ellos mismos.
Narciso desprecia a Eco porque la considera loca ya que solo repite lo que otros dicen, del mismo modo se comportan los ateos que en su etapa inicial de negación hacen con los creyentes.
Estas son algunas líneas del poema:
<<Lo que buscas está en ninguna parte, lo que amas, vuélvete: lo pierdes.
Esa que ves, de una reverberada imagen la sombra es: nada tiene ella de sí.
Contigo llega y se queda, contigo se retirará, si tú retirarte puedas.
Una esperanza no sé cuál con rostro prometes amigo,
y cuando yo he acercado a ti los brazos, los acercas de grado,
cuando he reído sonríes; lágrimas también a menudo he notado
yo al llorar tuyas; asintiendo también señas remites
Lo que deseo conmigo está: pobre a mí mi provisión me hace.
Oh, ojalá de nuestro cuerpo separarme yo pudiera,
voto en un amante nuevo: quisiera que lo que amamos estuviera ausente…
Y ya el dolor de fuerzas me priva y no tiempos a la vida
mía largos restan, y en lo primero me extingo de mi tiempo,
y no para mí la muerte grave es, que he de dejar con la muerte los dolores.
Éste, el que es querido, quisiera más duradero fuese.
Ahora dos, concordes, en un aliento moriremos solo
».




Es obvio que esta es una simple analogía, porque la realidad siempre supera con mucho a la mitología.
FIN.

2 comments:

Anonymous said...

Hola, tu blog me gusta mucho.
Chao.

Papamio! said...

yeah!
Me agrada tu blog!

Este video que colocaste es la onda!

Un saludo!