Sigmund
Freud escribió el libro “El Porvenir de una Ilusión” en el
cual hace un análisis de los creyentes y sus creencias en dios y las
religiones.
Sin embargo, existen una gran cantidad de
personas que fueron devotos creyentes y posteriormente afirman que cambiaron a ateos,
es decir que supuestamente sufrieron una conversión, pero que a la hora de explicar su asombroso cambio de creyente
a ateo, caen irremediablemente en argumentos inverosímiles, como si fueran
creyentes en dioses, por lo tanto, se ajustan perfectamente a El Porvenir de una Ilusión de Freud y
la he intitulado La Ilusión de Ser Ateo,
es decir que el querer ser ateo “son
ilusiones, realizaciones de los deseos mas antiguos y apremiantes de esas
personas y el secreto de su fuerza está en la fuerza de estos deseos.” “Una de las características más genuinas de
la ilusión es la de tener su punto de partida en deseos humanos de los cuales
se deriva.” “calificamos de
ilusión una creencia cuando aparece engendrada por el
impulso a la satisfacción de un deseo, prescindiendo de su relación con la
realidad, del mismo modo que la ilusión prescinde de toda garantía real.”
El deseo es
un sentimiento que generalmente tiende a oscurecer al razonamiento y esto
conlleva a omitir información valiosa y decisiva que se oponga al deseo y es
ahí en donde la ilusión de ser ateo se sobrepone y se vuelve impulsiva y obstinada.
Un ateo es
una persona bastante razonable, pero una persona que en su pasado fue creyente
en dioses y que después se declara ateo, debe explicar y aclarar ese radical cambio,
por lo que esa persona que fue creyente y que ahora dice que es ateo, está más
que obligado a que sus juicios y opiniones se soporten con los argumentos
sólidos y objetivos de un ateo y no en los fundamentos tan pobres de un
creyente, como la revelación o los milagros.
Por lo
antes dicho es interesante observar a esas personas que tienen una enorme deseo
de ser ateos y buscan obsesivamente en videos, libros, canciones, frases de
famosos, etc. algo que sea compatible con su ilusión, ya que lo semejante busca
lo semejante y al mejor estilo religioso (religar) y dogmático, buscan
afanosamente a alguien con ideas semejantes para religarse y rechazan al
disímil.
Cualquiera
que diga que no cree en dios, que dios no existe, que niegan la existencia de
dios, que las religiones son un estorbo para la ciencia, etc. el iluso “ateo”
dice: yo soy así, luego, soy ateo y el que me pregunte el porqué soy ateo,
entonces ése es “negativo,” “demasiado ilógico,” “contradictorio”, es un “troll”, etc.
Una de las características más evidentes de
esos que se autollaman ateos es que conocen al revés y al derecho la biblia,
las religiones y los dioses, cuando un ateo por su condición de ateo no le interesa
esos tópicos.
Las biblias, las religiones y los dioses son
irrelevantes, carentes de interés para el ateo. ¿Para qué le sirve a un ateo
esa información?
Tales son
las limitaciones de los ilusos “ateos” que ni siquiera se dan cuenta que
cualquier persona con dos dedos de frente, reconoce la puerilidad de esos
“ateitos”.
Saludos cordiales